Mediar, memoria, registro
Conducir sume al pensamiento en un estado de profunda ocupación de las cosas. El cuerpo, casi quieto, se traslada y atraviesa emociones y territorios muy diferentes en unas cuantas horas. El movimiento y la mirada son una oportunidad de afecto, una excitación del conocer, una aproximación. Dos movimientos magnéticos: primero, de norte a sur; después, más lento, desde el sur hacia otro norte más cercano, local. De una mirada a un charco en un camino entre eucaliptos en A Vara, Xove, Galicia, donde un muro reza, entre helechos, “IN A TOWN LIKE TWIN PEAKS NO ONE IS INNOCENT”, a la mirada del fondo seco de Arroyo del Lobo en la cuenca del Guadiana, cerca del río Zújar cuando desaparece bajo la tierra entre las provincias de Córdoba y Badajoz, a medio camino entre los pueblos de Monterrubio de la Serena y Valsequillo. Todo eso cabe en un día. Sus imágenes lo celebran y su recuerdo lo transcribe. Todo cabe en el hilo fino que une la mirada con la historia y las memorias. De un suelo expl